jueves, 3 de enero de 2013

China una oportunidad o una amenaza

En la actualidad, la remergencia de China como poder económico influyente es algo comúnmente aceptado. Sin embargo, el camino seguido para alcanzar los índices de crecimiento más altos del mundo de los últimos quince años ha sido notablemente diferente. En el caso de China, gran parte del crecimiento macroeconómico puede atribuirse, por lo menos desde la década de los noventa en adelante, a la inversión extranjera directa (IED). 

En los últimos años, cualquiera que observa objetivamente el desarrollo de China, no podrá sino reconocer una realidad fundamental: Lo que trae el desarrollo de China al mundo no es amenaza, sino oportunidad, la cual se manifiesta en muchos aspectos, por lo menos en los siguientes aspectos: 

Oportunidad económica: La China en medio de reforma y apertura y de desarrollo excepcionalmente rápido ya ha llegado a ser uno de los motores de la economía mundial. Según datos publicados recientemente por el Banco Mundial, de 2003 a 2005, la tasa promedio de aporte del crecimiento económico de China al crecimiento del PIB mundial asciende a 13,8%, ocupando el segundo lugar en el mundo, detrás sólo de Estados Unidos. La China de hoy es la tercera potencia comercial del mundo, cuyas mercancías de buena calidad y bajos precios se exportan a diversos lugares del mundo, lo que ha elevado el nivel de ingreso real de los habitantes de los países importadores y ha promovido el crecimiento de su consumo. 

Al mismo tiempo, la magnitud de importación de China también se ha ampliado con rapidez, de manera que el crecimiento promedio de sus importaciones de 2003 a 2006 fue de 28,3%, ofreciendo así un amplio mercado para los otros países y creándoles nuevas oportunidades de empleo. Las personalidades internacionales tienen justos comentarios al respecto: “La producción de altos costos de los países desarrollados se ha trasladado a China y ha reducido su costo de producción y sus beneficios han sido finalmente compartidos por los consumidores del mundo.” “La supuesta amenaza de China es completamente una palabra hueca en una época de globalización. China no ha hurtado oportunidades de empleo de los países desarrollados. El aumento de empleos en los sectores de exportación de China se debe a la expansión de las subsidiarias de las transnacionales en China en tanto que la demanda de mercancías extranjeras en China también está apoyando las oportunidades de empleo en los otros lugares del mundo.” “La emergencia de China no constituye una amenaza; muchos países y empresas transnacionales se han beneficiado del desarrollo de China.” “China es la verdadera fuerza motriz del desarrollo económico del mundo.” 

Oportunidad cultural: Los chinos de hoy día, aunque debemos aprender activamente de los avanzados adelantos culturales y ciencia y tecnología, estamos conscientes al mismo tiempo de que la historia mundial ya ha entrado en una tal etapa: El creciente robustecimiento de la fuerza económica de China ha dado condiciones materiales para la radiación cultural en amplias esferas, de manera que la amplia y profunda cultura china volverá probablemente a dar su brillo en esta etapa y ejercer su influencia. Hoy día cuando la tendencia de la globalización económica se desarrolla constantemente y cuando el modo de vida y el de producción del mundo tienden a identificarse, esta influencia no sólo es favorable para China, sino también para la diversidad cultural del mundo y para la paz y el desarrollo del mundo. Porque la cultura china, siendo un sistema cultural de larga historia y de profundas raíces, tiene sus claros rasgos distintivos y contiene muchos elementos excelentes largamente probados, favorables para el desarrollo armonioso de la sociedad humana e inexistentes en la cultura occidental; suministrará nuevas inspiraciones ideológicas y nutrición cultural al progreso y el futuro de la humanidad. Esta es una riqueza histórica y debe ser también una riqueza para la actualidad y para el futuro; ésta es una riqueza de China, y también debe ser una riqueza común de toda la humanidad. 

Oportunidad de paz: El pueblo chino sí tiene un ideal, que es materializar el gran renacimiento de la nación. Pero este renacimiento no procurará en modo alguno hegemonía mundial, ni mucho menos agresión y expansión, sino librarse definitivamente de la pobreza y atraso apoyándose en la laboriosidad y sabiduría del pueblo chino y convertir a China en un rico, poderoso, democrático, civilizado y armonioso país moderno socialista, haciendo así mayores contribuciones a la causa de la paz y el desarrollo de la humanidad. China se compromete solemnemente ante todo el mundo a seguir el camino de desarrollo pacífico. Esto traerá un nuevo ejemplo y material a la historia de las relaciones internacionales y demostrará que la humanidad puede librarse del modo salvaje de la guerra de agresión y tratar con una actitud racional y una forma pacífica los difíciles problemas de contradicciones y conflictos entre países, haciendo así realidad el beneficio recíproco y múltiple entre los países. El desarrollo de China y el renacimiento de la nación china reforzarán necesariamente las fuerzas de mantenimiento de la paz mundial e impulsarán la multipolarización y democratización de las relaciones internacionales, lo que corresponde a los intereses fundamentales de los pueblos del mundo. 
El desarrollo de China es oportunidad del mundo. En palabras del economista norteamericano Stephen Roach, “China no es en absoluto una amenaza, sino un ejemplo que los otros países deben seguir.” (Pueblo en Línea). 

Por otro lado se puede observar las estrategias de China con el objetivo de convertirse en la potencia mundial. Ha sido un gran motor para los países de en desarrollo, ayudándoles al mismo, por lo motivos que se presentan a continuación. 

En los últimos quince años China se ha convertido en el nuevo milagro asiático y en una de las fuerzas motrices del desarrollo mundial. En el período 1990-2005 China creció a una tasa media anual del 10,1% (en dólares de 2000), gracias a lo cual su participación en la producción mundial pasó del 1,9% en 1990 al 5,2% al final del período. 

Este éxito económico ha estado fundamentado, en buena medida, en la expansión de las exportaciones. Entre 1990 y 2005, las exportaciones chinas crecieron a una tasa media anual del 17,1% (en dólares de 2000), conquistando nuevos mercados de forma muy rápida. Su entrada en la Organización Mundial de Comercio (OMC) en el año 2001 y la eliminación de esquemas proteccionistas como el acuerdo multifibras han contribuido a acelerar esta tendencia expansiva todavía más. 

El alto crecimiento económico de China y la producción masiva de nuevas manufacturas han tenido una enorme influencia en la evolución de los mercados mundiales de materias primas y energía. Según diversos estudios, el crecimiento del país asiático ha sido la principal causa del aumento de la demanda de materias primas en los últimos años. 

Entre los años 2000 y 2004, la participación de las importaciones chinas en el total mundial aumentó del 11% al 17% en el caso del cobre, del 7% al 9% en el caso del hierro y el acero, del 3% al 9% en el caso del zinc y del 5% al 8% en el caso del estaño. Consume, además, alrededor del 8% del petróleo producido y ha sido responsable de casi un tercio del aumento de su demanda en los últimos años. 

Dada la necesidad creciente de materias primas que tiene China y su abundancia en diversos países de América Latina, no es de extrañar que se haya producido un estrechamiento de las relaciones entre ambas partes. China se ha convertido en uno de los principales socios comerciales de países como Perú, Chile y Brasil y ha empezado a establecer alianzas estratégicas con diversos países de la región. Aunque el estrechamiento de las relaciones políticas entre China y los principales países de América Latina es importante, los intercambios de carácter económico lo son más. 

Todo parece positivo y que el gran crecimiento de China únicamente produce cosas positivas al resto de economías mundiales, pero no esto también presenta alguna amenaza. 

China gasta en torno a 100 mil millones en defensa, casi tres veces más dinero de lo que se gastaba hace una década y cerca del doble de lo que se gasta Gran Bretaña. 

China toma medidas duras con las minorías en el Tíbet y en Xinjiang, y persigue a sus defensores, como el caso de Liu Xiaboo, Nobel de la Paz. 

El hambre de China por materias primas agota la tierra y mantiene regímenes corruptos en el mundo en desarrollo. 

Después de observar esto se puede resumir que China presenta más una oportunidad más que una amenaza para el resto del mundo debido a su crecimiento en los últimos años. Esto puede llegar a convertirse en una burbuja sino se controla la macroeconomía del país, asique siempre y cuando se tenga esto en mente se puede decir que China para el resto de la población mundial puede ser una oportunidad en los diferentes campos presentado con anterioridad.

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